Paleoforja otra forma de entender la forja
Con este nombre he denominado la manera en la que trabajo para distinguirlo de la forja contemporánea en la que intervienen máquinas y otros elementos que no se usaron en la antigüedad.
La Paleoforja son unas limitaciones que yo me he impuesto para comprender mejor nuestro pasado y el trabajo de los herreros en la antigüedad. A lo largo de la historia se han producido una serie de avances mecánicos que han relegado el trabajo de dar forma al metal con el martillo a un breve paso en el proceso de fabricar un objeto, con el método que yo utilizo la forja vuelve a cobrar protagonismo por encima del desbaste mecánico posterior.
Si queremos obtener unos objetos como en el pasado deberemos replicar las condiciones del pasado.
Forjar con martillos sobre el yunque, cortar con tajaderas y no con radiales, usar punzones para perforar en lugar de taladros mecánicos, utilizar estampas, tenazas y toda clase de herramientas que se usaron en el pasado.
De estas limitaciones que me he impuesto surge el acrónimo CHAP para recordar los mínimos que se deben cumplir.
Agua y
Carbón
El carbón que utilizo es vegetal como se usó en la antigüedad y hasta épocas recientes, incluso en manuales de herrería del siglo XIX se recomendaba este carbón antes que el mineral. A principios del siglo XX los cuchilleros españoles se seguían negando a usarlo por diferentes motivos.
Los críticos con este carbón argumentan que es caro y que produce muchas chispas, si bien es cierto que se consume antes que el mineral y sale alguna chispa esto ocurre más cuando no se gestiona bien el aire y el carbón y además no se emplea el carbón adecuado.
Una de sus ventajas es que no descarburiza el hierro y a la vez puede aportar carbono al material, no huele ni es molesto su humo, tampoco se apaga por lo que usando una fragua de aire te permite descansar.
Algunos defienden que su uso no es ecológico ignorando que el carbón se puede obtener de ramas de poda o de bosques bien gestionados. He visto minas de carbón y no es poco el daño medioambiental que producen.
Hierro
Los escasos análisis que se han realizado a armas y objetos de la Edad del Hierro nos dan unos resultados de hierros con impurezas y algunos acerados con porcentajes más bien bajos (entre 0,1 y 0,4%) por lo que hablar de magníficos aceros nos resulta algo difícil. El acerado del hierro posiblemente se producía en las reiteradas caldas con carbón vegetal y posiblemente con procesos de cementado en superficie, procesos con los que he experimentado.
He decidido no usar aceros de aleaciones modernas que pueden producir hojas más eficientes y utilizo aceros al carbono que, si bien no son los mejores aceros, comparados con los hierros de la antigüedad tienen muchas menos impurezas y un porcentaje en carbono más homogéneo.
En estos años de investigación, pruebas, experimentación he aprendido que un acero si se le da el tratamiento adecuado es mejor que una aleación moderna mal templada.
Actualmente he desarrollado métodos de acerado, cementado y endurecimiento con los medios de la antigüedad.
En cuanto al acero de damasco es un acero muy complejo hecho en crisol que no trabajo, mezclar aceros de diferentes composiciones a la calda no es acero de damasco, el legítimo acero de damasco no tiene nada que ver.
Agua
Siempre se templó con agua, las espadas de Toledo se templaban con agua, las famosas armas japonesas se templaron y se templan con agua y yo sigo templando con agua.
Hoy en día en la cuchillería moderna utilizan aceites para el temple por dos razones, son aceros muy críticos y es más fácil templar. Está demostrado que aceros bajos en carbono se pueden templar óptimamente con agua.
He aprendido a templar con agua y me gusta, incluso con aceros altos en carbono (1090) he podido templar sin rotura. El secreto está en conocer bien la temperatura adecuada.
El agua también es necesaria en la fragua para enfriar las herramietas, el yunque y gestionar la temperatura del carbón.
Piedra
La piedra es con lo que se terminan las hojas, no uso máquinas de desvaste modernas por lo que la forja se realiza hasta casi la conformación final de la hoja, aquí no vale el dejar un filo de 1/4 de pulgada y acercarlo a una esmeril o una lijadora de banda.
Utilizo y he utilizado todo tipo de piedras naturales: granitos o areniscas de la zona donde vivo, piedras gallegas, piedras de Arkansas, etc. constantemente experimentando y aprendiendo.
El afilado con piedra es algo que todo aficionado a la cuchillería debería aprender.